La renovación de una marca registrada es un trámite fundamental para conservar los derechos sobre ella. Pero, ¿qué pasa si se te olvida renovar o dejas pasar el plazo?
Aquí te explicamos las consecuencias legales, comerciales y operativas de no renovar tu marca a tiempo, y si existe alguna forma de recuperarla.
¿Hay un periodo de gracia?
Sí. Si no realizas la renovación antes de la fecha de vencimiento, aún cuentas con un periodo de gracia de 6 meses adicionales para renovar tu marca durante ese periodo, la marca sigue vigente, pero si no haces el trámite dentro de esos 6 meses, el IMPI la cancela automáticamente.
¿Qué implica la cancelación del registro?
La consecuencia directa es la pérdida total de tus derechos sobre la marca.
Esto significa que:
- Cualquier persona podría registrar una marca igual o parecida
- Pierdes la exclusividad legal sobre el nombre, logo o signo distintivo
- No podrás impedir que terceros la usen comercialmente
- Se debilita el valor legal y comercial de tu marca
¿Puedo recuperar una marca cancelada por falta de renovación?
No. La ley no contempla mecanismos de recuperación para marcas canceladas por este motivo.
Si quieres volver a tener derechos sobre ella, deberás:
- Presentar una nueva solicitud de registro de marca
- Asegurarte de que nadie más la haya registrado en ese tiempo
- Comenzar el proceso desde cero (con nuevo número de expediente y revisión de fondo)
¿Qué pasa si sigo usando la marca aunque esté cancelada?
Seguir usando una marca cancelada no te da derechos legales sobre ella. Estás en una situación vulnerable:
- No puedes oponerte a registros similares
- No puedes reclamar por uso indebido
- Podrías tener consecuencias legales si alguien más la registra y te acusa de uso indebido.
¿Cómo evitar perder mi marca?
- Lleva un control de la fecha de vencimiento desde que la registras
- Programa recordatorios con anticipación
- De ser posible, delega la gestión de tu portafolio de marcas a un especialista o proveedor confiable
No renovar tu marca a tiempo puede costarte mucho más que el trámite: puedes perder años de inversión, posicionamiento y reputación comercial.
Es un riesgo innecesario que puede evitarse con organización y asesoría adecuada.
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